viernes, 12 de enero de 2018

Gabriela Vazquez, GAVA y el “Automatismo Psíquico"



-¿Hablanos un poco sobre ti, de cómo y cuándo empezaste con tu rumbo artístico? Ese día que dijiste: Acá es donde quiero estar, esto es lo que hago. (Si es que ese día fue un día o un momento)

Desde chica siempre tuve mucha curiosidad y admiración por las artes visuales, el hecho de convivir con mi abuela que padecía ceguera me hizo apreciar más aun la belleza de las formas y colores, imaginando un mundo sin luz como una pesadilla.
Cursando 3er año de secundaria tuve la suerte de tener un profesor de dibujo, con el que aprendí algunas técnicas de volumen y sombreado que utilizo hasta hoy, más allá del encare pedagógico que tenía, donde incorporaba conceptos filosóficos sobre creatividad, lo que despertó aun más mi inquietud por el dibujo y la creación. Desde ese momento empecé a esbozar en mis cuadernos de liceo mis primeros dibujos con lapicera bic azul, que fue mi primer amor. Era una sensación liberadora estar dibujando todas esas horas de clase sentada en el último banco. En el 97 con 17 años, me inscribí en un taller de fotografía. Allí aprendí desde los conceptos fundamentales de la fotografía hasta revelado en blanco y negro. Fue una experiencia enriquecedora. Luego de un tiempo de ensayo y error con la fotografía, seguí mi camino hacia las artes plásticas, busqué un taller de dibujo y pintura para poder formarme y aprender sobre la figura humana y el uso de color en mis obras. Concurrí al taller de Norman Bottrill, un artista muy generoso y paciente que me fue mostrando el camino en el que estaba enfocada. A los 18 años participé en mi primera y única exposición, tuvo lugar en las bóvedas de la rambla portuaria junto al artista Marcelo Silva. En esa época comencé una gira por distintos centros educativos: Licenciatura en Ciencias de la Comunicación, abandonando en primer año ya que mi ansiedad me llevó a ir a algo más específico, comunicación visual y diseño gráfico. Apliqué para una beca parcial en la carrera de diseño gráfico en la universidad ORT en la cual transité 2 años y medio, fui a la UTU de artes gráficas, incursioné en impresión offset, comencé filosofía en humanidades, siempre con muchas inquietudes y poca perseverancia, pero en el fondo siempre había algo que me hacía volver a las artes plásticas, por lo que decidí a entrar en la Facultad de Bellas Artes. Poco tiempo después por motivos personales, como lo son mis mellizos y mi hija más pequeña no pude continuar. Siempre pienso que voy a ser una de las viejas felices de Bellas Artes, en cuanto pueda volveré. Ahora a mis 37 años y luego de una batalla conmigo misma por no dejarme ser artista, estoy retomando el proceso de comprometerme nuevamente con la creación artística y tratando de definirme como tal.

- Es fácil reconocer cuando una obra es tuya.
Contanos un poco sobre ellas, qué libertad te brinda tu estilo
y técnica, como logras desarrollar esa estética tan definida.
  
Lo que me llevó a ir formando mi estilo propio, fue el conocimiento del concepto de “automatismo psíquico”, que Breton estudiando a Freud difundió y aplicó en la corriente del surrealismo. Freud lo planteó como una forma de expresión escrita en la cual uno escribe sin los filtros o represiones de la razón, de la moral o de cualquier tipo, dejar que fluya el subconsciente directamente al papel, no corregir no reprimir. Esto me abrió una puerta a comenzar a desarrollar mi forma de expresión que luego devino en mi impronta estilística. Cuando comienzo una obra no sé qué voy a hacer, simplemente lo hago, no de un modo fiel al automatismo psíquico porque voy mirando cada tanto y encaminando, orientando la obra según me plazca y luego me dejo llevar otro rato por el frenesí del automatismo.


- Esta es una pregunta con varias aristas pero creo que aporta mucho en cuanto define tu perfil como artista ¿Qué es para ti el Arte y qué puede generar y aportar en la gente? y sobre todo en vos, en tu manera de vivir y sentir a través de ello.

Hablar de arte me hace pensar en que voy a decir cualquier cliché que ya se dijo mil veces, pero bueno, ya que lo preguntas te cuento que para mí es una forma de no enloquecer, de poder liberar ese grito atragantado que tengo, ese demonio con tentáculos oscuros que a veces se aferra a mis huesos, a mis órganos, lo imagino como algo parecido al Cthulhu de Lovecraft que si lo defino en una palabra sería miedo. Pinto porque tengo miedo, y es una de las emociones más fuertes y un modo de supervivencia. El arte para mi es una forma de sobrevivir emocionalmente. Por otra parte el arte en cuanto espectadora no hay palabras, cuando estas frente a una obra que te genera cosas, no hay mucho que decir, es una experiencia indefinible que deviene en alivio, en admiración y en muchas otras cosas, que hacen que uno se sienta agradecido por haber logrado esa experiencia de conexión principalmente emocional y algunas veces intelectual, en una reflexión o investigación posterior. Siguiendo con esa línea de pensamiento, lo que creo que puede aportar en la gente, es eso, conexión, sentir que alguien puso ahí en una imagen algo que te conecta, que te genera algo intenso. Es más, una de las mejores críticas de arte que recibí, fue la de una niña de 6 años quien al mirar un cuadro que pinté hace bastante tiempo y que tengo en casa, me dijo: “ese cuadro es espantoso”, y me generó una alegría inmensa que ella se conectara con tanta intensidad que le provocó ese comentario tan definido y honesto.

- Muchisimas gracias Gabriela. Para terminar, qué nos podrías contar sobre tu participación, a través de tu arte, en el proyecto de “Cuentos Malditos”?
Cuál fue el abordaje para representar con tu Arte, estos relatos heterodoxos y casi asfixiantes, primer trabajo de Claudio Alonso, del cual estamos más que ansiosos de poder leer, ya que como sabrás es un hombre de la casa.

Esta experiencia fue algo inesperado y maravilloso a la vez, Claudio encontró en mi estilo una estética que eligió para acompañar sus cuentos y de todo el material que le mandé fue seleccionando entre algunas de mis obras viejas y nuevas, las que sintió que iban con esos relatos. La consigna no fue ilustrar a partir de mi interpretación de su obra, sino al revés. Y logra un efecto extraño ya que veo mi ilustración y luego leo el relato tratando de imaginar por qué lo eligió. Ahora estamos trabajando en nuevos proyectos en los cuales a partir de sus cuentos, dejo fluir lo que me generan sus relatos, en imágenes. El último relato de Claudio, me dejó llorando, un poco trastornada y de toda esa carga emocional surgió una creación muy intensa a mi modo de ver, la realicé volviendo a mi primer amor en cuanto a técnica de bic sobre papel con total libertad expresiva.
Por acá me despido, muy agradecida de participar en este espacio de Montevideo Étnico y de coincidir en tiempo y lugar con ustedes.


Muchísimas gracias a vos Gabi, dejamos por acá tu espacio y tu Instagram, donde se pueden ver algunas de tus creaciones: Instagram  ARTE

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